Día Mundial de la Poesía - Marzo 21

 

21 de Marzo: Día Mundial de la Poesía

 

¿Qué es poesía? Dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul.

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?

Poesía... eres tú.

- Gustavo Adolfo Bécquer -

 

El Día Mundial de la Poesía, celebrado cada año el 21 de marzo, conmemora una de las formas más preciadas de la expresión e identidad y lingüística de la humanidad. La poesía, practicada a lo largo de la historia en todas las culturas y en todos los continentes, habla de nuestra humanidad común y de nuestros valores compartidos, transformando el poema más simple en un poderoso catalizador del diálogo y la paz.

 

La UNESCO adoptó por primera vez el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía durante su 30ª Conferencia General en París en 1999, con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro.

 

El Día Mundial de la Poesía es una ocasión para honrar a los poetas, revivir tradiciones orales de recitales de poesía, promover la lectura, la escritura y la enseñanza de la poesía, fomentar la convergencia entre la poesía y otras artes como el teatro, la danza, la música y la pintura, y aumentar la visibilidad de poesía en los medios. A medida que la poesía continúa uniendo personas en todos los continentes, todos están invitados a unirse.

 

"La orquestación de las palabras, el colorido de las imágenes y la contundencia de una buena métrica otorgan a la poesía un poder sin parangón. Como forma de expresión íntima que permite abrirse a los demás, la poesía enriquece el diálogo que cataliza todo progreso humano y es más necesaria que nunca en tiempos turbulentos."

— Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Mundial de la Poesía.

 

#antenaradio76

(Fuente: UNESCO)

 

Ismael Enrique Arciniegas

 

Curití, Santander, 2 de enero de 1865 – Bogotá, 23 de enero de 1938

 

A SOLAS

 

¿Quieres que hablemos? Está bien. Empieza.

Habla a mi corazón como otros  días…

Pero nó!… qué dirías?

¿Qué podrías decir a mi tristeza?

 

… No intentes disculparte:  todo es vano!

Ya murieron las rosas en el huerto;

el campo verde lo secó el verano,

y mi fe en tí, como mi amor, ha muerto.

 

Amor arrepentido,

ave que quieres regresar  al  nido

al través de la escarcha y las neblinas;

amor que vienes aterido y yerto,

donde fuiste feliz… ya todo ha muerto!

No vuelvas… ¡todo la hallarás en ruinas!

 

A qué has venido? Para qué volviste?

Qué buscas? … Nadie habrá de responderte!

Está sola  mi alma, y estoy triste,

inmensamente triste hasta la muerte.

 

Todas las ilusiones que te amaron,

las que quisieron compartir tu suerte,

mucho tiempo en la sombra te esperaron,

y se fueron… cansadas de no verte.

 

Cuando por vez primera

en mi camino te encontré, reía

en los campos la alegre primavera…

todo era luz, aromas y armonías.

 

Hoy todo cuán distinto… Paso a paso,

y solo voy por la desierta vía,

-nave sin rumbo entre revueltas olas-

pensando en las tristezas del ocaso,

y en las tristezas de las almas solas.

 

En torno la mirada no columbra

sino aspereza y páramos sombríos;

los nidos en la nieve están vacíos,

y la estrella que amámos, ya no alumbra

el azul de tus sueños  y los míos.

 

Partiste para ignota lontananza

cuando empezaba a descender  la sombra.

…Recuerdas? Te  llamaba mi esperanza,

¡pero ya mi esperanza no te amaba!

 

No ha de nombrarte!… Para qué? Vacía

está el ara, y la historia yace trunca.

¡Ya para qué esperar que irradie el día!

¡Ya para qué decirnos: TODAVIA,

si una voz grita en nuestras almas: NUNCA

………………………………………………………

Dices que eres la misma; que en tu pecho

la dulce llama de otros tiempos arde;

que el nido del amor no está deshecho;

que para amarnos otra vez no es tarde…

 

Te engañas!… No lo creas!… ya la duda

echó en mi corazón fuertes raíces,

ya la fe de otros años no me escuda;

quedó de sueños mi ilusión desnuda,

y no puedo creer lo que me dices.

 

No lo puedo creer! Mi fe burlada

mi fe en tu amor perdida,

es ancla de una nave destrozada,

ancla en el fondo de la mar caída.

 ………………………………………………………

 Anhelos de un amor, castos, risueños,

ya nunca volverán … Se van.. se esconden.

Los llamas?… Es inútil… No responden.

¡Ya los cubre el sudario de mis sueños!

 

Hace tiempo se fue la primavera…

¡Llegó el invierno fúnebre y sombrío!

Ave fue nuestro amor, ave viajera,

¡y las aves se van cuando hace frío!

EL ÚLTIMO CANTO

 

Al través de las brumas y la nieve,

En el rostro el dolor, la vista inquieta,

El pie cansado vacilante mueve…

Allá va, ¿no lo veis? ¡Pobre poeta!

 

Sobre el herido corazón coloca

La lira meliodosa, y macilento,

Sentado al pie de la desnuda roca,

Así prorrumpe en desmayado acento:

 

«Ved las hojas marchitas, ved el ave,

Envueltas van en raudo torbellino…

¿A dónde van? ¿A dónde voy? ¡Quién sabe!

¡Yo también soy como ellas peregrino!

 

»Huyendo voy del tráfago mundano

Con el rostro en las manos escondido.

Mudable y débil corazón humano,

¡Hasta dónde, hasta dónde has descendido!

 

»Ya a Dios los necios hombres escarnecen

Y alzan al dios del interés loores.

¡Sus almas sin amor ni fe parecen

Nidos sin aves, fuentes sin rumores!

 

»Jamás la ola aunque con furia luche

Conmoverá las rocas; ¡e imposible

Que el triste grito del alción se escuche

De la tormenta entre el fragor terrible!

 

»La Poesía morirá en la lucha,

El destino cruel sus horas cuenta;

¡Poetas! vuestros cantos nadie escucha,

¡Sois el alción de la social tormenta!

 

»Yo vi en mis sueños de poeta un día

De laurel en mi lira una corona;

Hoy triste siento que en la frente mía

Un gajo de ciprés se desmorona.

 

»Yo quise alzar el vuelo a las ignotas

Fuentes de eterna luz, ¡al infinito!

Y hoy en el mundo, con las alas rotas,

Cual ave sola en su prisión me agito.

 

»Como una clara estrella vi en mi anhelo

Sonreír en mi cielo la esperanza.

Hoy cubren negras sombras ese cielo,

¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza!

 

»Huyendo el mundo y su incesante ruido,

Vengo a esta soledad sombría y honda.

Ella por siempre mi último gemido,

¡Mi último canto y mi vergüenza esconda!

 

»Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta,

Y del campo inmortal de las ideas

El himno del trabajo se levanta

Y dice al porvenir: ¡Bendito seas!

 

»¡La indiferencia con su ceño grave

Me relega al silencio y al olvido!

Pobre y triste poeta ¡Soy un ave

Que al fin se muere sin hallar un nido!»

 

Dijo, y rompió la lira melodiosa

Do entonaba sus cantos y querellas…

Y al cielo levantó la faz llorosa,

¡Y en el cielo brotaban las estrellas!