«“Alaben a Dios” es el nombre de esta carta.
Porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo». Con estas palabras concluye la nueva exhortación apostólica del Papa Francisco, publicada el 4 de octubre, fiesta del Santo de Asís.
Este 4 de octubre, tuvo lugar en Roma, ciudad del Vaticano la apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y clausura de la celebración ecuménica denominada “Tiempo de la Creación”, la Santa Sede dio a conocer la nueva Exhortación Apostólica del papa Francisco sobre la crisis climática, denominada Laudate Deum.
El Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, ofrece a todos los miembros de la Iglesia un texto y un video a través de los cuales sintetiza, reflexiona e invita a asumir al llamado del Santo Padre frente a "la responsabilidad que tenemos todos los seres humanos de defender, mejorar y conservar la obra de Dios”.
Frente a este texto, en su reflexión, el purpurado afirma que el Santo Padre está haciendo una crítica, como lo hizo en Laudato si', del sistema tecnocrático en que la humanidad vive hoy.
“¿En qué consiste el sistema tecnocrático? En que, en poco tiempo, con menos inversión, tenemos mayor ganancia. Y eso nos ha llevado a ser depredadores de la naturaleza, depredadores de los árboles, de los animales, del aire, del agua y de todas las riquezas que el Señor nos ha dado en la casa común. Por lo tanto, el Papa, nuevamente con voz profética, defiende la casa común, defiende la creación. defiende la casa común, defiende la creación”, expresa en su videomensaje el señor Cardenal
10 puntos sobre LAUDATE DEUM Por Monseñor Luis José Rueda Aparicio, Cardenal de Colombia.
1. Laudate Deum (Alaben a Dios) es una exhortación apostólica sobre el cambio climático y complementa el magisterio del Papa Francisco sobre la ecología integral que nos ofreció en la Carta Encíclica Laudato Si´del año 2015.
2. El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. (L.D. 3)
3. Los signos del cambio climático. Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos. (L.D. 5)
4. Burlas ante el cambio climático. En los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse de esta constatación. Olvidan mencionar que lo que estamos verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación —no siglos ni milenios— para constatarlo. (L.D. 16)
5. Origen humano del cambio climático. Ya no podemos dudar de que la razón de la inusual velocidad de estos peligrosos cambios es un hecho inocultable: las enormes novedades que tienen que ver con la desbocada intervención humana sobre la naturaleza en los dos últimos siglos. (L.D. 16)
6. No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad. Pero este riesgo está siempre presente, porque «el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia … le falta una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación. (L.D. 24)
7. El modelo tecnocrático. La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad. (L.D. 31)
8. La debilidad de la política internacional. Todo esto supone generar un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones, porque el establecido varias décadas atrás no es suficiente ni parece eficaz … Ya no nos servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos. (L.D. 43)
9. Lo que se espera de la COP28 de Dubai. Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente. Esto para lograr que se inicie un nuevo proceso destacado por tres aspectos: que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos. No es lo que ocurrió en el camino recorrido hasta ahora, y sólo con ese proceso se podría recuperar la credibilidad de la política internacional, porque únicamente de esa manera concreta será posible reducir notablemente el dióxido de carbono y evitar a tiempo los peores males. (L.D. 59)
10. Las motivaciones espirituales. La fe auténtica no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado. (L.D. 61). Antropocentrismo situado (L.D. 67). Acompañar este camino de reconciliación con el mundo que nos alberga (L.D. 69). «Alaben a Dios» es el nombre de esta carta. Porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo. (L.D. 73).
+Luis José Rueda Aparicio
4 de octubre de 2023
Roma
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